Qué no es la prospectiva?
La pregunta recurrente de las personas al confundir la prospectiva con la planificación tradicional o planeación determinista es: ¿para qué planear a largo plazo, si el mundo es cambiante?. Esta pregunta es valida si se mira el mundo como un transcurrir de secuencias y tendencias, que una mano poderosa dirige. Esta es una manera de mirar el futuro con mente fatalista, en la cual, prevalecen la fuerza de los hechos y poco o nada se puede hacer para anticipar un comportamiento en el largo plazo. La idea básica sería que cada persona, cada colectivo, cada territorio, tenga libertad para decidir cómo encauzar su futuro.
La planeación determinista asume los fenómenos económicos, sociales, culturales, tecnológicos, demográficos, en muchos casos, como líneas de tiempo en las cuales se puede anticipar el comportamiento.
En la planeación tradicional se designan un conjunto de acciones para alcanzar un resultado claramente definido, mediante unos factores que aseguran el logro del resultado perseguido. La prospectiva es un modo de pensamiento en el cual, como el vigía de un barco mantiene alerta a los acontecimientos del futuro. Es una forma de entender y cabalgar en las tendencias, generar estrategias de acción, adaptativas a los fenómenos de cambio.